jueves, 8 de diciembre de 2011

Breve recuerdo...

Un día reposando bajo el cobijo de la sombra de un manzano me adentré en mis pensamientos. Entonces, volví a levantar la mirada, a recordar lo que había sido tu pensamiento en mi sufrimiento. Recordé las largas noches en las que intentaba olvidarte cuando mis mas profundos miedos detenían y frustraban lo que pudo haber sido una exquisita y pura muestra de amor. Si, quizás estaba equivocado contigo, con tu imagen, con lo que había escuchando de ti. También recordé uno de los días mas tristes desde que te conocí. Ese día me di cuenta de lo vacío que estabas, el ego potencial que emanaba de tu boca y de tus acciones. Nunca pensé que tal “ángel” pudiera estar tan contaminado. Pero aún así decidí conservar tu pensamiento, pues la gran suciedad que rondaba tu mente solo quería decir una cosa: tu incapacidad de sentir y la necesidad de recibir. Nunca pude estar al alcance de la situación porque las personas no aman con palabras, aman con hechos y eso es algo que no pudiste comprender. Aún así, yo hice un juramento y estoy dispuesto a cumplirlo. Y eso me recuerda que debo despertar y volver a bajar la mirada. ¿La razón? Sigues aquí y estoy intentando olvidarte con la misma fuerza que tenía cuando decidí “desaparecer del camino”

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