Es una cuestión de moral en el consumidor y de ética en las personas. Pero en la sociedad mexicana es donde dejamos de hablar de hombres (como seres humanos) y comenzamos a distinguir a un consumidor. Marx explica “…que a medida que se acumula capital y por consiguiente riqueza se produce de manera pareja una acumulación creciente de miseria en la mayoría de la población: la acumulación de capital en un polo es equivalente a la acumulación de miseria en el otro”[1]. Ahora bien, estoy consciente de que la naturaleza de las empresas es conseguir una utilidad y si pueden hacerlo de forma responsable, considero que sería un buen trato para ambas partes. Pero para ello no solo se necesita de una empresa responsable, también se requiere del consumo responsable[2] y que el consumidor exija sus derechos, sepa e informe sobre lo que está comprando para poder exigirle a las empresas que lo hagan de determinada forma, beneficiando a la sociedad, siendo amigable con el ambiente y la economía. Al respecto, Esther Vivas menciona: “...como consumidores podemos optar por llevar a cabo un consumo responsable, comprar en los mercados locales y en las tiendas de barrio, pero más allá de nuestra opción individual es muy importante actuar colectivamente implicándonos en campañas de boicot y participando en cooperativas de consumidores de productos ecológicos que establecen relaciones de compra directas con los productores de su entorno”[3].
[1] Marx, Karl, El capital t. 01: critica de la economía política
[2] Consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran que los seres humanos harían bien en cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.
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