domingo, 27 de marzo de 2011

Hablemos de responsabilidad social...(parte 3)

Es una cuestión de moral en el consumidor y de ética en las personas. Pero en la sociedad mexicana es donde dejamos de hablar de hombres (como seres humanos) y comenzamos a distinguir a un consumidor. Marx explica “…que a medida que se acumula capital y por consiguiente riqueza se produce de manera pareja una acumulación creciente de miseria en la mayoría de la población: la acumulación de capital en un polo es equivalente a la acumulación de miseria en el otro”[1]. Ahora bien, estoy consciente de que la naturaleza de las empresas es conseguir una utilidad y si pueden hacerlo de forma responsable, considero que sería un buen trato para ambas partes. Pero para ello no solo se necesita de una empresa responsable, también se requiere del consumo responsable[2] y que el consumidor exija sus derechos, sepa e informe sobre lo que está comprando para poder exigirle a las empresas que lo hagan de determinada forma, beneficiando a la sociedad, siendo amigable con el ambiente y la economía. Al respecto, Esther Vivas menciona: “...como consumidores podemos optar por llevar a cabo un consumo responsable, comprar en los mercados locales y en las tiendas de barrio, pero más allá de nuestra opción individual es muy importante actuar colectivamente implicándonos en campañas de boicot y participando en cooperativas de consumidores de productos ecológicos que establecen relaciones de compra directas con los productores de su entorno”[3].


[1] Marx, Karl, El capital t. 01: critica de la economía política
[2] Consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran que los seres humanos harían bien en cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.

martes, 15 de marzo de 2011

Hablemos de responsabilidad social...(parte 2)

El hecho es que la sobreproducción esta rebasando las “buenas intenciones” de los empresarios y buscar alternativas de producir responsablemente es un papel que no debe considerarse sencillo. Pero esto no importa mucho ya que todo es una apariencia apoyada en la publicidad y mercadotecnia que gira en torno a las ventas, finalmente las empresas así se venden y si hacerle creer al consumidor que la empresa es responsable socialmente, será superficial y será parte de su campaña publicitaria, y no importará mucho ya que siempre habrá alguien que necesite y compre el producto. Con las empresas vendiendo lo que sea, el hombre deja de ser alguien que piensa y se convierte en alguien que consume, en alguien que carece de la capacidad para elegir, ha perdido parte de su libertad y ha pasado a la esclavitud. Todo lo que hacen y dicen las personas de esta sociedad, que naturalmente se enajenan, se reduce al consumo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Hablemos sobre la responsabilidad social...(parte1)

Las empresas son dueñas, impulsaras, creadoras y destructoras de la sociedad. Se han desarrollado hasta alcanzar un punto en que comienzan a distorsionar nuestro ambiente. Y quizás en una sociedad como México que padece de problemas que necesitan ser atendidos con más urgencia como el narcotráfico, la educación y el desempleo, el impacto ambiental queda en segundo plano. Es importante aclarar que la responsabilidad social empresarial no solo va de la mano del impacto ambiental, sino también del aspecto ético, humano y financiero. Yo considero que la relación entre las empresas y la sociedad Mexicana es una dependencia alimentada por el consumismo[1]. Entonces, en tanto las personas sigan consumiendo y las empresas sigan haciendo crecer sus cuentas bancarias las cosas no cambiaran mucho. Y es cierto, no niego que últimamente hay más interés de las empresas en desarrollarse con “responsabilidad social” pero siempre está inmerso en un interés económico. Lo anterior lo considero como una actitud hipócritamente buena (?¡ OSEA COMO?¡ jajaja). Es decir, que a pesar de que las empresas seguirán destruyendo el ambiente, harán creer a los consumidores que su producto es ecológico, 100% reciclable con ponerles un empaque verde y una imagen de un paisaje "natural" e incluso que son creados sustentablemente, lo cual en parte es bueno y malo...


[1] En este caso, se habla de consumismo. La palabra consumismo proviene del latín «consumĕre» que significa gastar o destruir y de la palabra ismo del latín -ismus y este del griego -ισμος (-ismos), sufijo que formaba sustantivos de acción a partir de verbos y que describe actualmente una tendencia innovadora, en especial en el pensamiento y en el arte.

viernes, 4 de marzo de 2011

La cocina, el sazón, la improvisación y la salud…(parte 2)

Cuando se cocina es difícil saber a que tipo de paladar te vas a enfrentar. Cada persona gusta por sabores diferentes. Y es que en verdad es un mundo infinito de combinaciones. El agregar el ingrediente correcto en la cantidad correcta puede significar un fracaso o un éxito para tus comensales. Desde esta perspectiva tenemos los siguientes consejos:

• La sal. Será manipulada dependiendo de la base del plato. Es decir, no agregaremos sal a platos como el pavo ahumado, el bacalao o el atún. En otros casos, como el pollo, se puede usar en cantidades llamadas “al gusto” pero como cocineros debemos de tomar en cuenta que la sal está contraindicada en casos de hipertensión y obesidad. En cualquier caso el mejor consejo es agregar poca sal y si hace falta el comensal la agregará a su gusto.

• El aceite. Este es de los elementos que más nos aportan calorías en un plato. Recordemos que por cada gramo de grasa nos aporta 9 kcal a diferencia de los carbohidratos y las proteínas. Así, la recomendación es hacer uso de aceites en aerosol (usan menos cantidad) y utilizar sartenes con una buena cubierta de teflón, esto ayudará a que los alimentos no se peguen y por supuesto hará que utilicemos menos aceite. Suelen usarse como “aderezos” para ensaladas ya que son la base para toda vinagreta. En mi opinión es mejor utilizar vinagres (el de vino tinto y el balsámico son buenas opciones). Otras buenas opciones son los aceites de coco y de oliva.

• Especias. En este punto mi lema es “mejor que sobre a que falte”. Desafortunadamente esto no es aplicable para todos los platillos ni para todos los paladares. A mi me gusta la comida un poco mas condimentada de lo normal pero a otras personas el exceso de especias podría causarles malestares estomacales y/o intestinales. Posteriormente escribiré mas sobre este tema de las especias, ya que considero que es una de las piedras angulares de la cocina y gracias a ellas podemos hacer maravillas y lo mejor es que son considerados “alimentos libres de energía” (sin calorías). Por lo pronto podemos decir que las especias básicas son: pimienta, clavo, hierbas de olor, mejorana, hierbabuena, azafrán, canela, vainilla, curri (o en su caso cúrcuma) y albahaca (uno de mis favoritos) etc.

• Pan. Toda buena comida debe ser acompañada de un buen pan. Desafortunadamente, a mi consideración, es este el alimento que ha llevado (de la mano de los refrescos) a la sociedad Mexicana a ser el primer lugar en obesidad infantil. Pero no es propiamente por el pan que ocurre esto. Posteriormente escribiré sobre este tema, que es una de mis pasiones (el hornear) ya que es tan extenso como interesante. Por lo pronto apresuremos a decir que los mejores panes son los “integrales”, es decir a los que no se les ha removido la cascarilla para formar la harina que llevará el pan. Aunque otros factores son importantes, este es uno de los que predominas. Así que cuando compres un pan asegúrate de que los ingredientes diga “harina integral de trigo, centeno, avena etc…”

martes, 1 de marzo de 2011

Mi viaje y el Italiano...(1ra parte)

“El amor es como una flor que debe ser cuidada y alimentada
debidamente. Dar protección en momentos de lluvia, dar esperanzas
en momentos de sol y dar gracias en momento de cosecha. De lo contrario terminará por marchitarse y jamás retoñará”

Andre Farnesi.



Como recordarán hace un par de meses emprendí un viaje y prometí escribirles sobre el. Si he demorado en hacerlo es porque dudo si debo inmiscuirme en el pasado ya que  probablemente abriría viejas heridas. En tanto puedo comentarles sobre una breve anécdota.

En mi paso por una típica ciudad colonial de México me encontraba admirando y deleitándome de los aromas del tueste del café en una reconocida finca. Yo era un visitante mas entre los presentes y es que es sorprendente la calidad con la que el café Mexicano es producido. En mi estancia conocí a Andre Farnesi, un chico de 33 años de origen italiano donde la producción y comercialización del café en su familia ya era parte de una tradición. Pero en realidad Andre se dedicaba, al margen del café, a cultivar flores. Poseía grandes extensiones de invernaderos pero decía que lo que más le traía gratificación a nivel personal era la jardinería. En este punto el lector se imaginara que Andre no requería de solvencia económica pues el negocio café le daba más de lo que necesitaba y realmente la jardinería la practicaba por amor a la naturaleza. El se encargaba de dar vida de los grandes jardines de familias acaudaladas de la zona pero tambié gustaba dde hacerlo en parques públicos. Es conveniente destacar que Andre no cobraba ni un solo centavo por su trabajo.

Así pues, yo me encontraba en el restaurante de aquella finca degustando de un platillo de fusión Italo-Mexicano que consistía en una carne de cerdo sazonada con café (era de esperarse), muchas especias (entre las que pude identificar albahaca), ensalada de uvas con algunos frutos secos y una exquisita copa de vino. Yo había pedido permiso al gerente para quedarme un rato mas después del cierre, pues la vista que tenía desde la mesa era inigualable. Era como estar flotando entre las nubes y manipularas a mi antojo remontándonos a los vuelos de un quetzal. Así apareció Andre, dueño del Restaurante. Fue hasta mi mesa para explicarme que no podía quedarme debido a que después del cierre el lugar estaba apartado para un evento de los Urrutia, una familia de mucha influencia en la zona. Yo le expliqué a Andre el motivo de mi insistencia y , al ser un amante de la naturaleza, comprendió y dijo en un tono casi accedente – Veré que puedo hacer-. Al rato regresó para decirme que podía quedarme con la condición de que el pudiera hacerme compañía a lo cual, y sin pensarlo un segundo, accedí puesto que no me perdería del anochecer desde aquella vista.

Eran las 9:00 pm cuando el lugar cerró y de un momento a otro me quedé solo en el lugar. Solo entre esas pinturas que colgaban de los muros que reflejaban la procedencia de sus dueños, eran paisajes de campos de girasoles (seguramente de la Toscana) y algunos viñedos. Pasaron 20 minutos desde que me había quedado solo cuando reapareció Andre con una botella de vino tinto y dos copas en mano. Se paró frente al ventanal y con un suspiro dijo – Desde niño me ha gustado pararme justo en este lugar y ver como el dinamismo del sol se apaga, el aire se oculta ente las montañas y la noche produce melancolía. Desde niño fui el único capaz de ver la belleza de este paisaje y mi familia nunca pudo entender que veía en lo que para ellos era un paisaje mas de tantos. Todos, excepto tu-

Yo escuchaba atento pero no lograba entender la dirección de sus palabras, a lo cual respondí – Bueno, quizás no te interese pero me encuentro haciendo un pequeño viaje por que he perdido algo de mí y necesito reencontrar el sentido pues una profunda depresión me estaba consumiendo. No es una posesión, es más bien un sentimiento. En este pequeño viaje he aprendido a ver la esencia de las cosas y a admirar el conjunto de los sentimientos. Es claro que este paisaje causa admiración para el que es capaz de observarlo con detenimiento y caer en la cuenta de que es irrepetible. En realidad no se si soy buena persona pero he encontrado en la naturaleza la puerta para la humanidad, recuperar y regenerarme, reconstruir el autoestima que se derrumbo, tal como lo hace una planta al ser cortada-.

Mientras abría la botella de vino, con su español “a la italiana”, me miró detenidamente a los ojos y apresuró a decir – Creo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien. Déjame decirte que soy jardinero y cuánta razón tienes en lo que acabas de decir. Si me lo permites y si así tu lo deseas, te convertiré en huésped distinguido y te mostraré como puedes reencontrar este “algo” que te han quitado, porque es claro que fue por amor (lo cual era cierto ). Te propongo que te quedes tres días, todo va por mi cuenta, y te enseñaré los secretos que, como jardinero, descubrí al estar muchos años en contacto con las flores. Así como también te mostraré el legado por el cual el café que se produce en esta finca es considerado uno de los mejores del mundo. Este legado es un secreto de familia, traído desde Italia. Pero considero que el conocimiento debe ser transmitido a quien lo pide y a quien lo necesita. Tu pareces un buen sujeto y confío en que sabrás usarlos. Y bien ¿qué dices?-

Era claro que Andre y yo teníamos más cosas en común de lo que parecía pues desde que lo conocí me dio la impresión de haberlo conocido de toda la vida. Es de esas personas que inspiran confianza desde la primera plática. Justo en este momento nacía una promesa, una relación con ímpetu y la esperanza de que no todas las personas van del materialismo, aún teniendo dinero. Pero, aunque la propuesta sonaba tentadora, yo ya tenía trazado una ruta en mi viaje y quedarme estos tres días supondría desviarme demasiado. El hecho es de que Andre me había cautivado (y no piensen mal) pues su actitud ante la vida era tan adictiva como incomoda. Después de pensarlo y reaccionar de que era este lugar en el que quería pasar, no solo tres días, lo que queda de mi vida (por la belleza del lugar, la calidez de su gente y sus aparentes índices de felicidad. Lo cual era totalmente irracional). El resto de la noche fue para divertirnos con acaloradas platicas al margen de una cena y mucho vino en la terraza de aquel lugar. Había recibido mucho de Andre, pero no era nada en comparación con lo que al amanecer me tenía preparado